La literatura amazónica peruana
Escribe: José Rodríguez Siguas
En estos diecinueve años (el tiempo de existencia del diario Pro & Contra) han pasado hechos diversos en el campo literario, algunos de importancia y otros que en verdad no vale la pena resaltar, pero que es necesario hacer deslindes en cuanto a la calidad de los autores y libros que han ido apareciendo en estos lares.
Aunque todavía no existe una literatura amazónica al nivel de otras latitudes, pues como dice Percy Vílchez: “Ahorita en serio no tenemos un referente como un equivalente a Arguedas”. Existen escritores que creen en lo que hacen por más que no haya un terreno consolidado ni apoyo suficiente; Miguel Donayre a través de uno de sus personajes enArchipiélago de sierpes afirma: “A veces, leo gacetillas que lanzan duros dardos contra autores regionales […]. Me parece que son injustos […]. En mi opinión hubiera que premiar a los que están al pie de la máquina de escribir […]. No son aquellos que se refugian y alegan la excepcionalidad o singularidad amazónica, que con eso cubren su mediocridad. Ellos no”. Pues claro, una de las peores lacras que ha invadido la floresta es que han ido apareciendo escribidores que han desvirtuado la verdadera vocación del escritor, al tener como fin supremo publicar cualquier cosa y meter sus mamotretos en cualquier institución, es decir, un modus vivendi que se debe erradicar cuanto antes en los predios de la floresta.
Las partidas inesperadas
En este apartado –siempre en el marco de los diecinueve años de Pro & Contra– voy a referirme a aquellos autores que ya no están entre nosotros pero que han dejado una huella innegable dentro de las letras amazónicas y fuera de ella –como es el caso de César Calvo Soriano–, y sólo nombro cuatro, pues considero que son los únicos que sobresalen realmente.
CÉSAR CALVO SORIANO. Reconocido poeta de la Generación del Sesenta, falleció el 18 de septiembre del 2000. Aunque su poesía no abarca temas amazónicos, su calidad no se discute, sin lugar a dudas César Calvo es uno de nuestros mejores representantes. Es en el campo de la narrativa donde Calvo sí se sumerge en la Amazonía y como testimonio de lo que digo está su novela Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonía (1981), en esta obra podemos encontrar elementos propios de nuestra región, como es el caso de la figura del shamán representado en Ino Moxo, que no sería otro que Manuel Córdova Ríos (Rumrrill dixit). Recuerdo además una conversación larga que tuve con el escritor Carlos E. Zavaleta en Iquitos a finales del 2006, donde me decía que el único autor que merecía un homenaje en estos pagos era César Calvo, y no era por su poesía (conocidísima en Lima, por cierto), sino por Las tres mitades…
GERMÁN LEQUERICA PEREA. Falleció el 14 de octubre del 2002. Hay un momento importante en la vida de Germán y tiene que ver con la aparición de su segundo poemario La búsqueda del alba (1957). Este libro desde el momento de su aparición causó conmoción y como decía José María Arroyo en 1988 a propósito de la Primera Jornada del Libro Loretano (1957) “…entre todos los poemarios publicados ‘La búsqueda del Alba’ destacaba con luz propia sobre todo el resto del conjunto”, además “De un plumazo Lequerica liquidaba toda la poesía rimada, semirimada o libre que había venido haciéndose en la selva con una auténtica intención cultural y poética pero en realidad reducida a un estéril y pasadísimo divertimento”. Lo lamentable de Germán es que no pudo consolidar una carrera que pudo ser brillante; sin embargo, dejó un trabajo poético inédito que aún no se ha dado a conocer, y según los que lo han leído es mejor que La búsqueda del alba.
ARNALDO PANAIFO TEIXEIRA. El extraño caso de Arnaldo (que nos dejó el 15 de agosto del 2005) es que tuvo una cualidad natural para la narración breve (sus novelas dejan mucho que desear) sus cuentos gustan, divierten y sorprenden. Estas virtudes lo llevaron a conseguir el segundo lugar del Premio Copé de Cuento en 1985. Pero hubo una terquedad en Arnaldo y tenía que ver con su prédica de no leer, para no dejarse influir de otros estilos, así decía. Craso error, pues si hubiese tenido una formación más esmerada hoy estaría siendo recordado quizá como uno de los mejores cuentistas del Perú, pues habilidad poseía, además tenía una imaginación envidiable, que le llevó a crear pequeñas piezas inolvidables. Un problema adicional a su producción, era los muchos errores que aparecía en la edición de sus libros (libritos está mejor dicho), pues eran ediciones no cuidadas, que a simple vista uno se deba cuenta que se publicaba con algún afán económico solamente. Más allá de todo lo dicho, a Panaifo Teixeira nadie le quita lo bailado (o lo escrito).
JAIME VÁSQUEZ IZQUIERDO. Una de las muertes más sentidas fue la de este escritor, el 19 de enero del 2008. Es conocida su producción narrativa (y novelística sobre todo, aunque también escribió poesía). Dentro de nuestra producción literaria las novelas de Vásquez Izquierdo sobresalen ante tanta dejadez y pereza: Río Putumayo (1986), Cordero de Dios I y II (1989 y 1991 respectivamente), La guerra del Sarjento Ballesteros (2006), Hashkivenu avinu (2008, póstuma) son una muestra del trabajo constante de este autor, que dejó una vasta producción inédita, donde sobresalen sus novelas Cordero de Dios III y Amanezco amándote, que esperan ver la luz algún día. Lo rescatable en Jaime Vásquez es que no continuó con el folclorismo de sus antecesores, no se dejó llevar por el facilismo que consistía en retratar la selva (es por demás llamativo que en estos días existan autores que estén empeñados en seguir con el folclorismo y el paisajismo). Las novelas de Izquierdo reflejan el Iquitos de antiguo y de la actualidad
La vigencia de “Urcututu” y la presencia de Miguel Donayre
En estas tierras sólo se puede hablar de la existencia de tres grandes grupos literarios: “Trocha”, “Bubinzana” y “Urucututu”. Ya sea por la persistencia, por propuesta o por la producción literaria.
Es evidente que el primer grupo fue el primer machetazo de una larga trocha, que los bubinzanos ya dieron lo mejor de sí (a menos que Roger Rumrrill o Javier Dávila Durand nos salgan con algo realmente insuperable), pero donde no debe haber dudas es en que el grupo “Urcututu” está más vigente que nunca y es el único grupo literario hoy, realmente importante en la Amazonía.
“Urcututu” hizo su aparición en 1979, donde acogía a poetas, pintores, teatristas y narradores. Pasada la creciente, “Urcututu” se resume hoy en Ana Varela Tafur (1963), Carlos Reyes Ramírez (1962) y Percy Vílchez Vela (1960). Esta tríade, ha tenido distintas partidas de defunción por seudocríticos y resulta que siempre renace con nuevos bríos, tal es el caso de Carlos Reyes Ramírez que publicó el 2011 un hermoso poemario: Animal de Lenguaje, quizá el mejor libro de Reyes. Percy Vílchez ha presentado su libro de crónicasÉpoca del caucho: retratos del horror en Madrid (abril, 2012), donde a partir de fotografías presentes en el libro y fotos de otros ámbitos, hace un recorrido de lo que pasó en el periodo oscuro de nuestra historia. ¿Y qué fue de Ana Varela? La poetisa (que vive desde hace algunos años en Los Estados Unidos) tiene un poemario nuevo bajo el brazo que debe publicarse este año, la demora se debe a que Ana ha estado muy ocupada en el campo académico, ahora mismo acaba de obtener el grado de Doctora en Literatura Hispanoamericana en el país del Tío Sam. El caso de Percy Vílchez es sui géneris, hombre abocado con todo en lo que a leer y escribir se refiere (y sobre todo con lo último), tiene una obra inédita que abarca muchos géneros y registros, esa persistencia debe ser retribuida más pronto que nunca, pues Percy es quizá el único caso en donde escribir lo es todo, gran ejemplo para tanto posero que abunda por ahí.
¿Miguel Donayre es un “Urcututu”? Esta pregunta me la hago siempre. Veamos. Miguel Donayre Pinedo (1962) ha publicado cuentos desde los ochenta, pero su eclosión literaria se produce a partir de este siglo con la publicación de su libro de cuentos Ocaso de los delfines(2001) y se cierra (por ahora) con su trilogía El insomnio del perezoso (2012). Caso ejemplar, pues es la primera trilogía que se publica en la floresta. Donayre tiene mucho en común con los urcututus por los siguientes motivos: sigue la línea de los manifiestos del grupo literario citado; fue columnista desde los inicios en el entonces semanario Pro & Contra, donde también escribía Percy Vílchez (ambos escritores hasta el día de hoy escriben en dicho diario); colaboró en la revista Varadero a mediados de la última década del siglo pasado –la revista era dirigida por Ana Varela–; su libro Ocaso de los delfines formó parte de la edición de libros de Editora Regional donde aparecieron Voces desde la orilla, En el mejor de los mundos y El linaje de los orígenes (de Ana Varela, Carlos Reyes y Percy Vílchez, respectivamente); es coetáneo de los urcututus; etcétera. Pero lo que más importancia tiene es la amistad existente, pues Miguel está en constante contacto con Ana y Percy, a pesar de la distancia; en uno de sus libros Miguel escribe la siguiente dedicatoria “Para mi hermano Percy Vílchez”, este es solo un caso de los muchos que pueden ejemplificar esta amistad. Ahora, entre Miguel y Carlos Reyes es más fría la cosa. Dicho todo esto amable lector, usted sacará sus propias conclusiones.
La nueva hornada
En los últimos años se escuchaban rumores que anunciaban la existencia de nuevos grupos, pero todo quedó en rumores (otros como aparecieron, se esfumaron). Un grupo que pudo ser (no creo que suceda); fue la de Paco Bardales, Cayo Vásquez, Igor Panduro († 2007), Coco Mesía (vive en Alemania), Juan Sicchar.
El primero ha publicado un buen libro de crónicas Iqt [Remixes] (2007). De Paco se espera mucho, pues la formación que posee le da todos los elementos para convertirse en un gran escritor; su mayor problema es la falta de disciplina, tan cara a muchos. El 2006 Cayo Vásquez dio a conocer Hostal Amor, libro que causó habladurías, pero que tuvo gran acogida por retratar la prostitución de manera abierta con pinceladas de buena narración. Vásquez tiene una obra inédita vasta, lo que demuestra su dedicación a la escritura sin remilgos. Igor Panduro dejó un libro inédito de cuentos, su irrupción se dio a partir de haber ganado los Juegos Florales de la UNAP, su temprana muerte no permitió conocer más de su obra. Lo de Jorge Mesía es un caso insólito, pues su poemario Diasepán cuadra 8 fue bien acogido cuando ganó los Juegos Florales de la UNAP en el 2000, después se silenció, hoy reside en Alemania ¿Volverá por la senda poética? Juan Sicchar sigue publicando regularmente (también es ganador del concurso de la universidad antes mencionada), es uno de los pocos jóvenes que se dedica a escribir poesía con ahínco y no está con poses petulantes, su último libro de poemas fue Tribulaciones.
Werner Bartra Padilla (Moyobamba, 1970) aunque ya no es tan joven, ha presentado este año la segunda edición de esa hermosa novelita que es El patio de los pasos invisibles (2005, 2011), aunque criticado por presentarse solamente a los concursos literarios (ganador en muchos de ellos) se espera más de él.
Un autor novísimo que debe tomarse en cuenta es Gerald Rodríguez Noriega, pues tiene dos libros inéditos (un poemario y uno de cuentos) de gran factura que esperan darse a conocer, tuvo una mención honrosa con su poemario La tierra sin mal, en el concurso Horacio Zevallos, dicho libro tuvo palabras de elogio de Carmen Ollé.
Palabras finales
Este recuento quiero cerrar hablando de editorial Tierra Nueva, la labor que viene cumpliendo esta casa editora es encomiable, pues la publicación de autores de esta parte como la de otros lugares, son un aliciente para quienes se dedican a la escritura, ya que pueden publicar en esta editorial en un formato de calidad, además que Tierra Nueva tiene presencia en las ferias más importantes del país y su internacionalización se está dando paulatinamente. Esto debe apoyarse. Pero existe una contraparte y tiene que ver con lo que decía Percy Vílchez en una entrevista en Katenere: “Tampoco es publicar por publicar porque con eso en lugar de apoyar estamos llevando a los lectores a detestar la literatura”. Entonces, estamos avisados.
2 comentarios:
Vilchez tienen razon. yo detesto su literatura despues de leer algunos de sus escritos.
La literatura amazonica va mas alla de los grupos literarios que en verdad no existen.La literatura es una trocha que se camina sin compañia
El talento de Percy Vílchez genera comentarios escritos con el hígado como el anterior. ¿Han leído su poemario Santuario de peregrinos? Es un libro de imágenes poderosas y de recuperación de la memoria de las aldeas amazónicas.
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