miércoles, 17 de septiembre de 2008







Ética y Cultura Ambiental Amazónica: ¿Moda o Estilo de VIDA?

Por: Karina Pinasco Vela,
MSc Amazónicos por la Amazonía - AMPA


Este 28, 29 y 30 se realizó en San Martín el I Congreso Regional de Estudiantes “Ética y Cultura Ambiental”, organizado por el Proyecto de Educación Ambiental del Gobierno Regional y el colegio Virgen Dolorosa, asistieron más de 200 estudiantes entre 11 y 15 años de todas las provincias incluso de lugares tan golpeados y alejados como Madre Mía. Me invitaron para dar justamente la ponencia del título de esta nota.

Antes de mi presentación me tocó escuchar a un sacerdote que con mucho acierto habló de la Iglesia & Ambiente y la enorme responsabilidad de los seres humanos de seguir el ejemplo de Francisco de Asís, personalmente me hizo recordar mi época de catequista & universitaria y mi lucha entre la ciencia, la fe y la posibilidad de conjugar - unir mi VOCACIÓN con mi MISIÓN.

La canción de la nueva civilización del amor me hizo meterme aún más en la presentación que con tanta dedicación hice por tratarse de chicos de la edad de una de mis hijas . Ya en mi participación mostré la belleza del paraíso amazónico, incluso con citas de los historiadores dando cuenta que la pobreza no existía en los pueblos indígenas a la llegada de los europeos, no conocían en hambre, y luego mostré que ha ido pasando con nuestro paraíso, y caí en cuenta en las palabras del Premier mencionando que son necesarias medidas legislativas para sacar de la pobreza a los pueblos amazónicos, y pensaba ¿de qué pobreza hablamos si nunca fuimos pobres?, comenzamos a serlo cuando nos impusieron modelos de desarrollo que no se adaptaban a nuestra realidad, cuando desde un escritorio, en una ciudad gris, impulsaron políticas económicas y sociales absurdas que comenzaron a destruir a nuestra madre tierra, a transformar nuestra cultura desde lo más sencillo que era nuestra variada dieta rica en nutrientes sacada de nuestros ríos y bosques, a un vaso de leche y a atún con fríjoles que generó dependencia y se han perdido valores extraordinarios, y ahora lo poco que queda lo quieren terminar de exterminar concesionando o vendiendo nuestros bosques para minería, petróleo, monocultivos, biocombustibles, etc., cuando del bosque depende la VIDA del poblador amazónico, comenzando con el agua, que ahora escasea en nuestras ciudades, como lo leen, en plena amazonía sanmartinense, la más deforestada de las regiones; las fuentes de agua se están secando, y les cuestionaba a los chicos si esto era justo, y la respuesta lógica era NO, por supuesto y la siguiente pregunta fue ¿de quién depende que las cosas tomen otro rumbo?, pues su voz no se dejó esperar: NOSOTROS, a grito en cuello, qué orgullo, el mensaje estaba llegando; somos los únicos, siguiendo el ejemplo valiente de nuestros hermanos indígenas que salieron a defender, no su territorio, sino su VIDA, en los últimos acontecimientos, de ahí la necesidad de construir nuestros propios modelos de desarrollo, desde adentro, debemos cambiar nuestros hábitos de consumo y algunas manifestaciones culturales dañinas, como la tala y quema en la preparación de las chacras, sabemos que todos tienen derechos pero no es ético que por beneficio de una familia o una empresa se pele o contamine una cabecera de cuenca que va a perjudicar a miles de personas río abajo.

Hablar de Amazonía se ha vuelto una moda, todos tienen algo que decir sobre ella, hasta los que solo la ven como una fuente de riqueza, Amazonía es un SER que siente, que sufre, que vibra, que necesita más que nunca de amazónic@s desprendidos, comprometidos, que seamos capaces de ser COHERENTES y CONSECUENTES con nosotros mismos y con el medio donde vivimos.

Karina Pinasco Vela,
MSc. "Conservamos la Vida, para compartirla contigo"

martes, 16 de septiembre de 2008



España y la reconquista del Perú

Escrito por Jorge Zavaleta, Lima

Cuando cayó el Muro de Berlín en 1989, España también inició la reconquista económica de América Latina. Ahora es el primer inversionista en esta Región. El panorama económico de Perú, con tasas de crecimiento del PBI estimadas en 6.5% en el mediano plazo, son un factor clave para mejores calificaciones, informa el diario especializado Gestión.

Al capital español le va muy bien por estas tierras. Diez empresas anuncian una segunda ola de inversiones en Perú para impulsar saneamiento, infraestructura portuaria y de aeropuertos, servicios, consultoría,hotelería, inmobiliario, agro exportación, entre otros.

La primera ola de inversiones españolas fue promovida en los noventa por el autoritario régimen de Alberto Fujimori. “Voy hacer del Perú el país más seguro del mundo para la inversión extranjera, inclusive mayor que en Estados Unidos” declaró en 1993 a Cambio16, el hoy juzgado por un tribunal por delitos de lesa humanidad y corrupción generalizada. La acelerada privatización facilitó la subasta de las empresas públicas. La primera en llegar, en 1994, fue Telefónica. Con poco más de 2 mil millones de dólares adquirió la Compañía Peruana de Teléfonos y Entel Perú, importe que fue recuperado en solo 2 años.

Luego fueron comprados el Banco Continental por el grupo español BBVA y la refinería La Pampilla por REPSOL.

En 1999 los bancos Santander y Central Hispano se fusionaron. El BSCH se convirtió en la segunda mayor gestora de fondos de pensiones en el Perú - con el 29% de la cuota del mercado de pensiones- y la fusión de la sociedad Unión con Nueva Vida.
Las inversiones españolas están hoy concentradas en los sectores de comunicaciones (84%), energía (9%) y finanzas (7%).

Según encuestas, la privatización en las telecomunicaciones es la que relativamente funciona, debido a la intensa presión pública, el ingreso de la competencia y la normatividad en el organismo regulador. Osiptel informa que el Perú cuenta a junio del 2008 con 18 millones de celulares (por cada 100 peruanos 65 disponen de por lo menos un teléfono móvil). En telefonía fija hay 2,74 millones de líneas.

El nuevo flujo de inversión de España es atraído por proyectos de construcción de hospitales de Essalud, bajo asociaciones público-privadas, de saneamiento como la planta de tratamiento de agua de Taboada y el sector energético. Otras empresas están a la expectativa de los avances de Bioterra que trata de incursionar en biocombustibles o en gas natural.

Este favorable clima es fruto de un trabajo bilateral a lo largo de la presente década. Se han dado visitas recíprocas de los presidentes de Perú, del Rey de España, del jefe de gobierno y múltiples misiones empresariales. Las cumbres Iberoamericanas, las de UE, América Latina y el Foro de Cooperación Asia Pacifico- APEC, facilitan el conocimiento de las tendencias en liberalización y facilitación de inversiones.

España, Estados Unidos y el Reino Unido son las principales fuentes de inversión hacia el Perú. En esos países se origina el 65% del stock de inversión.
Entidades académicas de prestigio indican que en Perú y gran parte de Sudamérica la privatización no cumplió sus objetivos. Las privatizaciones no generaron ni inversión, ni desarrollo y tampoco se extendieron los servicios a los más pobres. Las utilidades que remesan las empresas a sus países de origen superan con amplitud al monto de las inversiones.

Por ello, en lo que va del presente siglo, la tendencia en esta Región es que las empresas vuelvan al sector público, aunque el Perú es un caso sui géneris, donde continúan las privatizaciones. Todavía cuenta con 34 empresas públicas, aunque, recientemente, se observa que la estatal Petroperú está trabajando en asociación con empresas privadas – como la Repsol – en la construcción de oleoductos en el norte y nororiente peruano para reflotar Talara y convertirla en la refinadora más grande del país y así tratar de no depender de las importaciones de diesel.

La realidad indica que la inversión privada no es rentable en la extensión de los servicios a los más pobres. Por eso los sectores laborales rechazan la privatización de los servicios de educación, salud, agua y electricidad.

Otro elemento adverso es la corrupción. Los contratos de 20 a 30 años facilitan gran rentabilidad, y posibilitan sobornos y arreglos entre el poder de turno y el empresario.
La cooperación española
El 1879 se establecieron las relaciones diplomáticas entre el Perú y España, las cuales fueron quebrantadas durante la guerra civil de 1936 y se reanudaron tres años más tarde.A partir de los cincuenta, se suscribió el Acuerdo Comercial que introdujo el componente económico en la agenda bilateral. A fines de los noventa se alentó programas de microcrédito y de conversión de la deuda externa en proyectos de lucha contra la droga. También se apoya al sector turismo, intercambio cultural, más frecuencias de servicios aéreos. Lamentablemente en el 2000 se modifica el Convenio de Doble Nacionalidad de 1959 que ha complicado hoy la presencia en España de un importante número de peruanos.

El "Convenio Bilateral sobre Promoción y Protección Recíproca de Inversiones" fue suscrito en España el 17 de noviembre de 1994 y se encuentra vigente desde el 17 de febrero de 1996.

A pesar de la contracción de fondos, el Perú es el mayor beneficiario de la cooperación española en el mundo, tanto en términos cuantitativos como cualitativos.

El Perro del Hortelano
El gobierno peruano con su política de inversiones en la Amazonía, denominada “El Perro del Hortelano” por el propio presidente Alan García, ofrece al capital grandes bosques tropicales, con numerosas especies madereras de calidad y alto valor comercial y beneficios de la actividad agrícola a las plantaciones forestales.

Proinversión estima que el potencial para exportar supera los 3,000 millones de dólares anuales de madera y sus derivados, a un mercado mundial que supera los 100, 000 millones de dólares y ocupación permanente a más de 400 mil personas. El país tiene 78,8 millones de hectáreas de bosques naturales y más de 8 millones de hectáreas de tierras aptas para la reforestación.

Calificaciones de riesgo.
De los países latinoamericanos sólo Chile, México y recientemente el Perú han alcanzado el grado de inversión.
El panorama económico de Perú, con tasas de crecimiento del PBI estimadas en 6.5% en el mediano plazo, son un factor clave para mejores calificaciones, informa el diario especializado Gestión.

Pero la pobreza ha bajado muy poco -39.3% en 2007 de 48.7% en 2005-. Hay centenas de distritos donde es nula la presencia del Estado. La sociedad sigue muy fragmentada en términos sociales, económicos y étnicos. El sistema político es frágil, con partidos e instituciones que no gozan de la confianza ciudadana. El partido aprista, en su segundo mandato, pondera demasiado las actuales fortalezas macroeconómicas, que dependen de los precios internacionales de las exportaciones de sus minerales y productos agrícolas con escaso valor agregado.

DatosLa población es consciente que la macroeconomía funciona pero con magros beneficios para la mayoría. El descontento popular crece porque poco se avanza con la prometida reforma del Poder Judicial, la reducción de la alta informalidad de la economía y la atávica y endémica corrupción. Un informe titulado “El Pacto Infame” del Instituto de Estudios Peruanos señala que aún no se ha investigado, por ejemplo, los destinos de 14 mil millones de dólares que la administración fujimorista, logró con la privatización.
La balanza comercial con España es superavitaria para el Perú en US$ 705.7 mlls. en el 2007, un 34.2% más que en el 2006.

A junio del 2007, el stock acumulado de inversión española en el Perú es de US$ 4,622.26 millones.
Las empresas españolas están interesadas en el aeropuerto del Cusco, en los puertos de Paita y Pisco.
El Grupo Isolux Corsan se adjudicó en abril último la buena pro de una concesión para líneas de transmisión eléctrica.
1,242 millones de dólares fue el intercambio comercial durante el 2007.
Al 30 de junio de 2007, el stock de inversión extranjera directa en Perú supera los US$ 15 373 millones. Se trata de inversiones efectivamente realizadas.




viernes, 12 de septiembre de 2008

Perú: La restitución de los derechos de los nativos tiene un largo camino por recorrer

Si bien los pueblos originarios de Perú han logrado que el Congreso de la
República derogue los decretos legislativos N° 1015 y N° 1073, todavía la
protección de sus derechos y sus tierras no está completamente asegurada.

EL COMIENZO DEL CONFLICTO:
Luego de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, el Congreso Peruano le concedió al Poder Ejecutivo la facultad de implementar dicho tratado a través de la Ley de Delegación de Facultades, Ley N° 29157.

A fines de junio, el poder ejecutivo, excedido en sus funciones otorgadas por la mencionada ley, firmó una serie de decretos que ponen en riesgo los derechos de estas comunidades sobre sus tierras y recursos naturales.

Uno de los más controvertidos ha sido el Decreto Legislativo N° 1015 que hacía infinitamente más fácil la disposición de las tierras comunales ya que solo exigía el voto del 50% de los asistentes a la asamblea comunal, no del total de sus integrantes. Si este decreto no hubiese sido derogado por el congreso, la disposición (venta o arrendamiento) de terrenos comunales hubiese sido más sencilla que la disposición de de las tierras privadas en manos de varios dueños.

Por ello, el pasado 9 de agosto, las comunidades nativas de la Amazonia Peruana iniciaron distintas medidas de protestas como paros, bloqueos y movilizaciones en la zona norte y sur del país.

Como ejemplos de las acciones que se realizaron, cabe mencionar la realizada por la etnia aguaruna- huambisa de la provincia de Condorcanqui – Amazonas que tomó la estación petrolera Nº 5 de Petroperú, ubicada en la comunidad “Félix Flores”, distrito de Saramiriza, provincia Datem del Marañón. Por esta medida, se dejó de bombear crudo del oleoducto Nor-Peruano. Mientras que el grupo étnico Machiguenga bloqueó el paso fluvial en el bajo y medio Urubamba, distrito Echarate, Quillabamba, Cusco y reteniendo una embarcación del Proyecto del Instituto de Manejo del Agua y Ambiente (IMA) y otro barco de carga de combustible de Pluspetrol.

La dirigencia de Aidesep (Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana), organización indígena nacional que convocó al paro, manifestó que el mismo se iba a levantar cuando el gobierno tenga en cuenta sus demandas y denunció que los pueblos originarios de la Amazonía Peruana vienen sufriendo constantes atropellos a sus derechos elementales sobre sus territorios por parte del Estado Peruano y subrayó la responsabilidad del Presidente Alan García en estos hechos.

Las reacciones a estas protestas, en cierta porción de la sociedad, han sido excesivas y pueden considerarse hasta xenófobas. En este sentido se han acusado a los protestantes desde adversos al desarrollo, del progreso y la tecnología, hasta de primitivos que ahuyentan la inversión privada y por tanto han elegido la atroz condena de vivir para siempre en la pobreza (Roger Rumrrill, Pueblos indígenas: pobreza y modernidad, Diario La Primera). Pero, ¿Que dirían estas mismas personas si el derecho de propiedad de sus casas y tierras se viera amenazado?

¿CONFLICTO EN VIAS DE RESOLUCION?
El 20 de agosto pasado la comisión de Pueblos Andinos del Parlamento le dio un respiro al conflicto presentando una propuesta de ley que deroga las leyes 1015 y 1073 y los dirigentes de Aidesep se comprometieron a una tregua en las protestas para dar espacio al dialogo con el gobierno. Mientras que hacia fines de agosto, y tras haber rechazado la intervención del Ministro de Ambiente, los dirigentes de las comunidades nativas firmaron un acta de acuerdo con el Congreso de la República en la cual se crea una comisión multipartidaria para estudiar la situación de los pueblos indígenas.

Esta acción del Parlamento ha generado enfrentamientos tanto entre los poderes legislativo y ejecutivo, como dentro de este último. En este sentido, el presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, afirma que el gobierno todavía evalúa si observará la ley que deroga estos controvertidos decretos, contradiciendo abiertamente al Ministro de Ambiente, Antonio Brack. Pero esta potestad es solo del Presidente Alan García.

Por otra parte, cabe recordar que estos son solo dos decretos de los más de 35 que las comunidades nativas reclaman que lesionan sus derechos y que violan la Constitución y diversos tratados internacionales, por lo que deberemos esperar arduas negociaciones entre los distintas partes para ver el fin de este conflicto.

Fuente: www.bicusa.org

www.amazoniamagica.com

viernes, 5 de septiembre de 2008



Comentarios a la entrevista de Juan Ossio

Por: Alberto Chirif

Felicito a mi colega Frederica Barclay por sus agudos comentarios sobre las declaraciones y el papel jugado por el antropólogo Juan Ossio en los últimos años. Es a partir de ellos que me animo a añadir algunas consideraciones sobre el tema.

Cuando vi por primera vez que se entrevistaba a Juan Ossio sobre el tema del reciente levantamiento indígena, pensé que, una vez más, se trataba de ese recurrente error de los periodistas de consultar a personas teniendo en cuenta su profesión, pero no su especializació n, ni dedicación vital. Así, a un médico le pueden preguntar sobre dolencias del corazón, sin tener en cuenta que es dermatólogo o el hecho de que haya dedicado su vida a funciones muy distintas: planificación hospitalaria, por poner un ejemplo. Sin embargo, luego de comenzar a leer la entrevista, me di cuenta de que el error no era del periodista, sino de Juan Ossio, al incursionar en temas que le son desconocidos. Ésta es también una tendencia común.

Otra cosa que me sorprendió fue la vigencia del antropólogo Ossio a lo largo de diferentes gobiernos. Con Fernando Belaunde, integró la comisión de Ucchuraccay; con Alejandro Toledo, fue asesor de su esposa en asuntos indígenas; y ahora con Alan García, una vez más, lo asesora en estos mismos temas. Su enfoque, en el primer caso, fue señalar que los campesinos habían obrado como lo hicieron porque habían dos Perú: uno moderno, al cual pertenecía la parte urbana y occidentalizada del país; y el otro primitivo, donde estaban los campesinos que habían asesinado a los periodistas porque pertenecían a este mundo del pasado. Una manera extraña de ver las cosas ya que supone una separación de mundos sin relación, sin tener en cuenta que la situación de indígenas y campesinos es consecuencia de relaciones de poder impuestas por el “Perú moderno”. Pero, más que eso, supone también la descalificació n de un pasado indígena, que al menos en sus discursos, el señor Belaunde calificaba de “glorioso”, y que constituye el campo de estudios del antropólogo Ossio.

El trabajo con la señora Toledo, al menos en teoría, parecía revestir características muy diferentes. Ni ella ni su “cholo sagrado”, como calificaba a su esposo, propusieron disolver comunidades en su época, aunque dieron gato por liebre cada vez que pudieron, como con el tema de las transnacionales mineras (que lo digan los piuranos) y, para el caso de los amazónicos, el nulo apoyo dado a las comunidades, por ejemplo, a las de la selva central en sus disputas con madereros que habían recibido contratos de extracción forestal sobre sus territorios.

En la entrevista, Ossio recuerda su experiencia en la región declarando que, cuando estuvo con los aguarunas, en 1964 (para mayor precisión: hace 44 años) ellos “no tenían noción del valor del dinero. Las transacciones eran en trueque. Preferían que yo les pagara el alimento con latas de conserva y comestibles. ¿Qué hago yo con el dinero?, me decían. Me imagino que la circulación del dinero habrá aumentado ahora, pero tienen una conciencia bastante limitada sobre las transacciones del mercado”. No entiendo bien qué ha querido decir con este ejemplo referido a tiempos tan lejanos, pero sí me queda claro lo que éste demuestra.

La primera cosa que demuestra es la antigüedad de su experiencia y, la segunda, es que si debe recurrir a ella a pesar del tiempo transcurrido, es que es la única que tiene. En suma, demuestra estar muy poco entrenado para manejar el tema y, sobre todo, para ser asesor presidencial sobre asuntos indígenas. Una tercera cosa que demuestra es que su interés se centra en la antropología histórica. De hecho, él ha trabajado sobre el mesianismo andino, lo que ciertamente está muy bien, pero no lo califica para su función actual. Compruebo con él algo que ya antes había visto en otras personas que tratan de descalificar a los indígenas a partir de las imágenes que construyen sobre ellos: que los que más se parecen a esas imágenes son quienes las fabrican. Así, los caucheros, que decían que los indígenas eran salvajes para justificar su trato y explotación, cumplían perfectamente las características de crueldad y bestialidad que les atribuían a ellos. En este caso, es el antropólogo Ossio quien cumple con ese atributo que él imagina que los indígenas tienen, de ser contrarios al cambio y a la historia, o, para decirlo con términos actuales, aunque la palabra no me gusta, a la modernidad.

Si en ese tiempo la gente prefería el trueque al dinero, era lógico que así fuese, porque el dinero no le servía para adquirir los productos que necesitan. Con seguridad, que un náufrago que se encuentre en una balsa en medio del océano va a preferir un jarro de agua fresca que un millón de dólares. En este caso él también habrá optado por el valor de uso y no por el de cambio. Ante la nueva “imaginación” de Juan Ossio sobre el aumento actual de las “transacciones del mercado”, le digo que sí, efectivamente, éstas se han incrementado. Hoy hay aparatos de música en todas las comunidades, muchos tienen refrigeradoras, algunos venden cerveza e, incluso, masato a los visitantes; hay tienditas, carreteras, Santa María del Nieva, en un alarde de modernidad, tiene su propio pueblo joven. Así cambian las cosas. En fin, ellos hace tiempo que responden al imperativo del presidente que Ossio nos tramite: “hay que marchar con la historia”. El tema, claro, es que ésta no siempre les favorece, pero ése es otro problema.

El despiste del antropólogo Ossio queda muy claro a través de sus propias afirmaciones. Dice “…que [lo que] existió en la selva hasta la década del 70 fueron territorios tribales” y que la gente era “seminómada”. Errado. En la selva central (especialmente Chanchamayo, Oxapampa, Villa Rica y Satipo), los ashaninkas y yaneshas estaban arrinconados en pequeños terrenos, rodeados por un mar de colonos, que habían entrado desde la segunda mitad del siglo XIX y, en especial, a partir de 1940, cuando distintos gobiernos comenzaron a impulsar planes de colonización. Otro tanto sucedía en el alto Urubamba, donde había asentamientos machiguengas. En el alto Marañón, al menos en gran parte de esta zona, justamente en la que estuvo Juan Ossio en su rápida visita de 1964, también había muchos aguarunas desplazados y algunos de sus asentamientos estaban cercados por colonos. En esta zona existían escuelas desde las primeras décadas del siglo XX, que se expandieron mucho más después de 1950. Lo mismo ocurría en la selva central.

Mal pues pueden haber sido seminómadas poblaciones que asistían a la escuela. Tampoco pueden serlo quienes practican la horticultura, que el mismo Ossio reconoce como una de sus actividades económicas, ya que la yuca demora nueve meses en crecer. Si a este tiempo se le suma el que demanda hacer la chacra (tumbar el monte, esperar que se seque y quemarlo) y aprovecharla (nunca se cosecha todo a la vez), es claro que la población no puede moverse del lugar. Por esto, además, es que construyen casas estables, en vez de vivir en carpas o cobertizos transitorios. Otra cosa es que roten chacras cuando decrece el rendimiento de las que tienen en producción o son invadidas por la mala hierba. Para esto, escogen un lugar cercano que no implica trasladar su hogar. A lo largo del tiempo, y esto lo demuestran las lecturas históricas, los pueblos indígenas han estado donde ahora están, y los únicos casos de desplazamientos que se conocen han sido ejecutados por los agentes de la modernidad: caucheros, madereros y patrones dueños de fundos. A esto se debe que existan en Madre de Dios shipibos del Ucayali y quechuas del Napo. Velasco Alvarado no creó a las comunidades, sino que legalizó un modelo que ya existía como consecuencia de un proceso de avance de la colonización y de la instalación de escuelas.

Señala Ossio que los jíbaros defienden “su territorio de manera muy fuerte impidiendo el ingreso de mestizos”. Es una afirmación gruesa y, como siempre sucede con ellas, equivocada. Le demuestro lo contrario: las comunidades aguarunas del alto Mayo están todas alquiladas a colonos que las dedican al cultivo de arroz, quienes además han establecido sus casas y negocios en esas tierras. Ellas no han necesitado de leyes que las empujen, sino que simplemente han actuado en función de la autonomía administrativa que les reconoce la Constitución. En algunas partes de la selva central se dan procesos similares. Es verdad que también hay otras comunidades aguarunas que defienden fuertemente sus territorios, las cuales incluso han llegado a usar la violencia para expulsar a invasores (derecho reconocido por las leyes a cualquier propietario) , que llegaron a tomar la decisión no porque les gustase, sino porque el Estado no procedió a ejecutar la sentencias de desalojo. En este punto es lamentable recordar que este Estado cambiante que tenemos demuestra que su característica más permanente es su incapacidad para asumir su responsabilidad y actuar en defensa de la legalidad, claro, cuando se trata de indígenas, nomás.

Que “AIDESEP ha estado liderada por aguarunas”, es otra afirmación sin sustento. A lo largo de sus casi 30 años de vida ha habido dos presidentes aguarunas (Evaristo Nugkuag y Gil Inoach), dos ashaninkas (Miqueas Mishari y Haroldo Salazar), un shipibo (Juan Chávez) y el actual que es shawi (Segundo Alberto Pizango). Adicionalmente, hubo por corto tiempo un harakmbut (Antonio Íviche), quien renunció por problemas personales. Por lo demás, AIDESEP es una compleja estructura de regionales y federaciones, donde los líderes son aguarunas allí donde ellos son mayoría (como en el caso de la Organización Regional de Pueblos Indígenas de la Amazonía Norte , ORPIAN), pero no en todas donde están presentes (como la Coordinadora de Pueblo Indígenas, CORPI, que es presidida por un kandozi).

No sé cómo tratar la afirmación que hace Ossio sobre el aislamiento de las comunidades, como causa de su situación. Dice: “No podemos aislar a las comunidades. ¿Por qué? Porque el aislamiento, entre otras cosas, los haría carecer de la protección institucional frente a criminales que se meten en su territorio. Debemos recordar que Sendero Luminoso se metió en territorio asháninka. Un par de senderistas controlaba a cien asháninkas. Esta situación de aislamiento no puede repetirse”.

Qué poco rigor para evaluar un episodio tan dramático como el que vivieron las comunidades ashaninkas, y otras, de la selva central. Además, qué poco conocimiento de lo que realmente sucedió en aquella región. Las comunidades no estaban aisladas. Las del Perené y Satipo, por ejemplo, estaban atravesadas por la carretera Marginal, que también llega, aunque en malas condiciones, y no por voluntad de los indígenas, a Puerto Bermúdez. Un poco más lejos, las del Ene y Tambo, no fueron víctimas de Sendero por elección, sino porque el Estado las olvidó. La lógica del racismo opera también en este caso. Decir además que fueron “un par de senderistas” los que sembraron el terror en la zona es, esto sí, emplear la imaginación de manera malévola y, una vez más, racista, pues si hubiese sido así, ¡qué incapacidad la de los indígenas para liberarse de ese par de intrusos!

La verdad que la cosa fue bien diferente, y si SL y el MRTA cayeron, además del mérito que le corresponde a la Policía de haber afinado su sistema de inteligencia, fue por la acción decidida de la población, entre ella, los indígenas. Luego del asesinato de don Alejandro Calderón en 1989, líder ashaninka que presidía ANAP, federación del Pichis afiliada a AIDESEP, los indígenas organizaron lo que bautizaron como el “ejército ashaninka”, que en una semana desapareció a las huestes del MRTA de la cuenca. Después de esto, continuaron su embestida contra SL, ya no en la zona, porque allí no estaba, sino en Satipo y Pangoa. Ésta es una gesta que el Estado peruano no ha reconocido a los ashaninkas, ni para agradecerles públicamente ni para restituirles sus tierras que debieron abandonar cuando campeaba la violencia. El Programa de Apoyo al Repoblamiento no tuvo mejor idea que asentar colonos en las tierras que ellos habían debido dejar al huir del terror.

Juan Ossio confunde también conceptos cuando dice que: “Hay quienes entienden mejor lo que es la propiedad privada y hay otros grupos que han defendido su territorio”. Los territorios comunales son un tipo de propiedad privada, aunque colectiva, que el Estado reconoce y que debería defender en caso de ser puesta en riesgo. Regresa Ossio sobre un lugar común al afirmar una supuesta acción “malévola” de un “conjunto de ONG radicalmente ambientalistas que quieren ver a las comunidades tal y cual se han conservado toda la vida”, lo que a su vez contradice cuando señala que no es que ellas “no quieren vivir como vivimos nosotros”, sino todo lo contrario, para demostrar lo cual indica que: “…el mesianismo de la selva dice que hubo un héroe mítico –Pachacamayte– al que los blancos o choris le arrebataron todas las bondades que el dios quería darles a los nativos Pero ellos creen que va a llegar el momento en que tendrán acceso a esos bienes”.

En primer lugar, Pachacamayte no es “el mesianismo de la selva” sino de un pueblo concreto: los Ashaninka; en segundo, chori no es igual que blanco, ya que es un término que se refiere a los colonos de procedencia andina; y en tercero, cómo puede Ossio reconocer la necesidad de bienes que tienen los indígenas, la que es cierta, y que ellos “no están en contra de los beneficios de la modernidad”, y, paralelamente, imaginar que ellos atienden a malévolas ONG que “quieren ver a las comunidades tal y cual se han conservado toda la vida”.

Igualmente se contradice cuando, primero, de alguna manera alaba a los indígenas y afirma: “…me alegro que este tema de la Ley de la selva haya saltado así, porque ahora los indígenas sí se están presentando como una fuerza que molesta y que puede llegar a incomodar. Quizá eso haga que la gente abra los ojos”, e insiste: “[el]…único elemento positivo de todo esto es que el tema ha sido puesto en las primeras planas de los diarios. Es interesante ver cómo las organizaciones nativas han logrado alcanzar tal dimensión que sus voces pueden ya ser escuchadas a escala nacional, lo cual antes era imposible”. Pero de inmediato, como si se arrepintiera de lo dicho, afirma que [la derogatoria] es: “Una tontería porque estamos demostrando que se pueden cambiar las leyes solo porque la gente se pone belicosa. La violencia nunca puede ser un instrumento para cambiar las leyes”. ¿Entonces qué es lo que le alegró del levantamiento que justamente tenía como finalidad la derogatoria? ¿A qué gente debería haberle abierto los ojos sino a la del gobierno, que es la ha motivado, con su actitud prepotente, que se produzcan las protestas? ¿Qué es lo que encuentra interesante de la dimensión lograda por las organizaciones indígenas y de su capacidad de ser escuchadas en el ámbito nacional, cuando descalifica sus logros como una tontería?


Fuente: Servindi
"Los pueblos indígenas de la Amazonía peruana declaramos persona no grata al antropólogo Juan Ossio y exigimos su separación inmediata de la CONAPA y/o de cualquier cargo público desde el que pueda causar perjuicios a los pueblos indígenas."
La violencia no debe ser un medio para cambiar las leyes ni la historia, pero tampoco para imponer, desde el poder, medidas arbitrarias por encima de la voluntad de la gente y de sus derechos reconocidos.
Nota

En julio 2003  en pronunciamiento "Respeto a los Derechos de los Pueblos Indígenas frente a la explotación de hidrocarburos en la Amazonía Peruana",  Juan Osio fué declarado persona no grata por los pueblos indígenas



Suscrito por:
Antonio Iviche Quique, Presidente de AIDESEP, Haroldo Salazar Rossi, Vicepresidente de AIDESEP, Shapiom Noningo Sesén, Secretario de AIDESEP, Germán Curitima, Tesorero de AIDESEP, Kruger Pacaya, Presidente de la Organizacion Regional Ucayali de AIDESEP, Miguel Pino Pinedo, Representante de la Organizacion Regional Ucayali de AIDESEP, Guillermo Ñaco, Presidente de la Asociación Regional de Pueblos Indígenas de la Selva Central, ARPI, Libia Rengifo Lázaro, Vicepresidente de la Asociación Regional de Pueblos Indígenas de la Selva Central, ARPI, Sundy Simón, Coordinador de la Organizacion Regional San Lorenzo, Gabriel García, Organizacion Regional AIDESEP Iquitos (ORAI), Julio Cusurichi Palacios, Federación Nativa del Rió Madre de Dios y Afluentes (FENAMAD), Rodrigo de la Cruz, Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), Teresita Antazú López, Vocal de AIDESEP, Edwin Vásquez, Responsable del Área de Biodiversidad de la COICA.