lunes, 19 de octubre de 2009


EL MUNICHE, IDIOMA ANCESTRAL DEL PUEBLO MUNICHIS

La lenta y segura pérdida de nuestra riqueza lingüística

Gabel Daniel Sotil García

“El muniche es un idioma que se habla en el pueblo de Munichis, ubicado en las orillas del bajo río Paranapura, cerca de la ciudad de Yurimaguas en el departamento de Loreto, Perú.

Los historiadores cuentan que la gente de la etnia muniche ha habitado esta zona desde hace muchos siglos. Antes, había cientos de hablantes del idioma muniche, pero hoy en día, en el año 2009, hay menos de diez hablantes, todos de edad mayor. La gente que antes hablaba el muniche aprendió hablar el castellano y el quechua, debido a sus contactos y tratos económicos con hablantes de estos dos idiomas poderosos, y ahora no hay personas que usan el idioma muniche todos los días. Esperamos que este libro pueda apoyar a cualquier persona que tenga interés en aprender algo sobre este idioma ancestral del pueblo indígena muniche.


No sabemos mucho sobre la historia del idioma muniche, porque este idioma fue muy poco estudiado durante los siglos cuando había muchos hablantes. Solamente contamos con algunos materiales escritos por misioneros antes del siglo XX. En cuanto a estudios modernos sobre el muniche, en los años 1980 un joven lingüista y misionero, Michael Luke Gibson, trabajó con el idioma y escribió un pequeño libro, con título “El Muniche: Un idioma que se extingue”, que fue publicado por el Instituto Lingüístico del Verano (ILV) en 1996. … Después del trabajo del Sr. Gibson, los hablantes del muniche mencionan un breve estudio del muniche hecho por unas hermanas religiosas, pero no resultó ninguna publicación de ese estudio. De ahí, viene el presente Proyecto de Documentación del idioma muniche, que se describe a continuación.



Ni se sabe a qué familia lingüística pertenezca el idioma muniche, porque hasta ahora simplemente no había datos suficientes para analizar las relaciones entre el muniche y otros idiomas amazónicos. Pero después de analizar los nuevos datos del idioma, recolectados en el presente proyecto de documentación, esperamos ver un entendimiento mejor tanto de la historia del idioma como de sus relaciones genéticas con otros idiomas”.

Es esto lo que podemos leer como fruto de la investigación emprendida por un equipo de especialistas pertenecientes al antedicho proyecto y que se consigna en el Informe que resultó de su trabajo, desarrollado entre 2008 y 2009.

Dicho trabajo fue dirigido por el Dr. Lev Michael de la University of California, Berkeley, contando con la colaboración de los pocos hablantes que recuerdan haber usado este idioma en sus comunicaciones cotidianas varios años atrás: Alejandrina Chanchari Icahuate, Donalia Icahuate Baneo, Melchor Sinti Saita, Lidia Icahuate Baneo, Agustina Sinti Saita, Josías Chanchari Marayawa, y Demetrio Chanchari Baneo; y un equipo de lingüistas visitantes, Mg. Christine Beier (U. de Texas en Austin), Lic. Karina Sullón Acosta (peruana), Stephanie Farmer (U. de California, Berkeley), Greg Finley (U. de California, Berkeley), Michael Roswell (Swarthmore College).

En verdad, es sumamente doloroso y sublevante el ser testigo impotente de una pérdida como ésta. Como este idioma, muchos otros están al borde de la extinción aquí en nuestra región amazónica. Idiomas que fueron construidos con el esfuerzo creativo de miles de años. Idiomas cuya riqueza espiritual no hemos podido entender por la soberbia de la cultura mestiza y, por lo tanto, al perderse nos empobrecemos culturalmente. Hasta hoy no podemos diseñar y poner en ejecución una política cultural que promueva el conocimiento profundo de nuestra riqueza lingüística para aprender a valorarla y preservarla por todo lo que ello significa para nuestro fortalecimiento espiritual como nación.

Es aquí en donde notamos la gran falta que nos hace la Educación Intercultural, cuyas consecuencias formativas nos harían sensibles a situaciones como esta y nos posibilitaría comprometernos en acciones sociales para evitar que nuestro patrimonio cultural y lingüístico se siga perdiendo.

Desde estas páginas pido a quienes están en posibilidades de establecer políticas de defensa de este patrimonio que no demoren en establecerlas, pues las condiciones son de la mayor urgencia. Y al magisterio regional, que se atreva a enfatizar en las nuevas generaciones, la formación respetuosa y comprometida frente a la diversidad cultural de nuestra región.





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