José Barletti Pascuale
Hace 450 años, el 12 de febrero de 1542, una expedición española dirigido por Francisco de Orellana llegó a la desembocadura del rió Napo en el Amazonas. Se trataba del “descubri-
miento español” del monarca del los ríos. Para los pueblos indígenas, sin embargo el descubrimiento se había llevado a cabo miles de años antes. Cuando llegaron los invasores europeos hacia tiempo que habían pueblos establecidos y existían redes de intercambio a lo largo y ancho de la Amazonía.
miento español” del monarca del los ríos. Para los pueblos indígenas, sin embargo el descubrimiento se había llevado a cabo miles de años antes. Cuando llegaron los invasores europeos hacia tiempo que habían pueblos establecidos y existían redes de intercambio a lo largo y ancho de la Amazonía.
En 1942, hace 50 años, se conmemoró el IV centenario de este acontecimiento y con este motivo, en Lima, Raúl Porras Barrenechea impulsó la Expedición Amazónica y en la Revista Mercurio Peruano se publicaron varios artículos sobre el pasado amazónico, así como el Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima.
En el hermano país del Ecuador el IV Centenario fue ocasión para llevar a cabo un conjunto de actividades. Entre ellas su Ministerio de Educación publicó, por primera vez enAmérica, la Relación escrita por fray Gaspar de Carvajal, quien fuera capellán de la expedición iniciada en el Qosqo por Gonzalo Pizarro y culminada por Orellana. Años después, en 1958 la Municipalidad de Quito público por segunda vez la Relación. Ambas ediciones contienen importantes estudios introductorios. Sin bien es cierto que ellas ayudan a la mejor compresión del documento histórico también establecen, implícita o explícitamente, la ligazón de los hechos narrados con la reivindicación sobre territorio del Amazonas.
Cabe recordad que la conmemoración del IV Centenarios se llevo a cabo dos semanas después de la firma del Protocolo de Río de Janeiro. Precisamente la reivindicación ecuatoriana tiene como uno de sus soportes la tesis de que la expedición partió de Quito.
Ello daría derecho al actual Ecuador a los territorios amazónicos. Sin embargo la realidad histórica es muy diferente, ya que la expedición a El Dorado partió a Qosqo, como partieron también de allí las “entradas” a Madre de Dios, al Río de la Plata y a Chile.
Gonzalo Pizarro, en su recorrido desde el Qosqo, así como se reabasteció en Quito también lo hizo antes en otros lugares como en Huancayo y así se le fue uniendo gente, aunque es evidente que fue mayor el número de los incorporaron en Quito, dada la cercanía de la tierra de El Dorado y la Canela. Entre ellos estuvo Francisco de Orellana que era el gobernador de Guayaquil, Como es sabido, cuando éste llegó a Quito, ya había partido Gonzalo Pizarro al que dió alcance en Zumaco.
Ecuador no puede, pues, argüir derecho a la Amazonía con el asunto de la expedición. Pero tampoco tiene sentido llevar actuales problemas de demarcación territorial a una realidad política muy diferente, cual era estos tiempos, la que el dominio español en América del Sur tenía unidad y su centro estaba en Lima.
A las dos ediciones ecuatorianas de la Relación de Fray Gaspar de Carvajal se suman dos hechos de España, una en México, otra en los Estados Unidos y una ultima en Colombia.
Hasta la fecha no había ni una sola edición peruana. Ya que es tiempo que esta tarea pendiente se lleve a la práctica y que vaya precedida por un conjunto de estudios que contribuyan a la relectura de esta importante crónica amazónica desde perspectivas distintas:
Geográfica, arqueológica, lingüística, etológica, demográfica e histórica. De esta manera se podría superar científicamente los entrampamientos que se han producido en torno a este documento histórico, primero por las consecuencias que tuvo la llamada "traición" de Orellana y posteriormente a los asunto fronterizos entre Perú y Ecuador. Sólo así la Relación de Carvajal podrá contribuir a la reconstrucción del pasado de los pueblos amazónicos y específicamente de la situación existente al momento de la invasión.
Las invasiones sobre el pasado que se vienen efectuando son un instrumento para los pueblos indígenas que, organizadamente, están tomando en sus manos la construcción de su propio futuro sobre la base de la comprensión científica de su pasado de su presente. Al mismo tiempo estos estudios tienen que estar orientados a que se vayan derrumbando los sólidos muros del racismo que impiden que la población mestiza se dé cuenta de rol que ya están jugando los pueblos indígenas en el desarrollo de la Amazonía y que, por otro lado, no permitan que se produzca la unidad de todos aquellos que tienen interés histórico en forjar una región equilibrio ecológico, de la justicia y de la solidaridad
El presente trabajo busca restar los aportes etnográficos de la Relación de fray Gaspar de Carvajal recogido las interrogantes que la narración sugiere y motivar al lector para el estudio de Arqueología Amazónica. La crónica amazónica todavía no es suficiente valorada y constituye una veta en la reconstrucción del pasado cuando se produce su relectura a la luz de la investigaciones.
Primero trataré sobre la persona de Carvajal y su obra, luegó sobre la expedición y los problemas que ésta plantea a la investigación, para finalmente entrar a ver lo referente a los indígenas amazónicos: el tamaño de los pueblos, su identificación, sus niveles de organización, la producción, las redes de intercambio y finalmente la comunicación verbal con los pueblos “visitados”.
Febrero Iquitos de 1992
A los 450 años del Descubrimiento Español del Río Amazonas
Edición digital:
http://red.pucp.edu.pe/ridei/buscador/files/inter82.PDF
Nota
José Barletti Pascuale es un prestigioso profesor e historiador loretano. Investigador del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana-IIAP y promotor del primer frente regional de Iquitos.
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