Día del agua: Oxfam Internacional llama la atención en informe sobre la escasez y contaminación del agua en Perú, Ecuador y Bolivia
Los recursos hídricos en Perú se encuentran en situación crítica. Más de la mitad de los ríos de mayor demanda de uso están severamente contaminados y además, las localidades de la Costa, donde se concentra el 70% de la población peruana, afrontan un déficit hídrico, de acuerdo con el informe “El agua ante nuevos desafíos. Actores e iniciativas en Ecuador, Perú y Bolivia”, que Oxfam Internacional presentó a pocos días de celebrarse el Día Mundial del Agua.
Los agentes tóxicos que contaminan los ríos son especialmente el plomo, arsénico, cianuro, mercurio, aceites y grasas de hidrocarburos, y coliformes fecales, que se encuentran en altos niveles por ejemplo en los ríos de la región Junín, como Mantaro y Yauli, y en Lima, los ríos Chillón y Rímac. En el norte, los ríos Chira, Piura y Llaucano presentan un diagnóstico similar, mientras que en la Amazonía la actividad hidrocarburífera ha generado impactos en los ríos Corrientes y Trompeteros, señala el informe de Oxfam.
La población está concentrada en zonas donde hay menos agua disponible. Después de Bolivia, el caso del Perú es el más alarmante: el 70% de los habitantes está ubicado en la Costa, donde apenas se dispone del 1,8% del agua de los ríos, mientras que en la Amazonía la disponibilidad es del 97,7% del recurso para el 26% de la población. Es decir, un habitante costeño puede usar 2,000 m3 al año, mientras que el de la Amazonía 291,000 m3.
En Ecuador, donde la vertiente del Pacífico concentra el 71% de la población, cada persona dispone de 12 mil m3 de agua al año, seis veces más que en la costa peruana.
El informe, elaborado por un equipo conformado por los investigadores María Teresa Oré, Laureano Del Castillo, Saskia Van Orsel y Jeroen Vos, confirma también que las disputas por el agua están aumentando debido a que mientras la disponibilidad del agua disminuye, las demandas crecen en un contexto de impactos ocasionados por el cambio climático que se reflejan en la disminución en 22% de los glaciares, en la mayor reducción de los niveles del río Amazonas en cien años --como sucedió en 2005--, y en que las lluvias en Iquitos hayan caído en 10% a lo largo de 40 años.
Otros problemas que afectan la disponibilidad del recurso hídrico en tiempos de sequía son la sedimentación (acumulación de lodo) de reservorios y la destrucción de la vegetación nativa en las cabeceras de cuenca.
Adicionalmente, se incrementan las agroexportaciones en las costas de Perú y Ecuador, crecen las ciudades en áreas desérticas, aumentan las actividades mineras en las cabeceras de cuenca así como las demandas energéticas, y se extraen en exceso aguas del subsuelo. Todo esto agudiza lo que los especialistas llaman estrés hídrico, lo que estimula la aparición de conflictos por el control del recurso.
Tomando en cuenta este panorama, Laureano del Castillo, especialista en temas de agua y tierras del Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes), considera que se debe seguir perfeccionando la Ley de Recursos Hídricos, recientemente aprobada por el Congreso peruano. "Es fundamental regular mejor el manejo de las cuencas, y por ello se requiere conformar las Regiones, tal como se prevé en el proceso de descentralización, para tener un manejo integral y evitar los conflictos actuales entre gobiernos regionales", dijo. La ley entra en una nueva etapa de mejora, "pero hay que estudiar seriamente lo que se aprobó y tratar de que se ponga en práctica. La nueva gestión del agua debe suponer el compromiso de todos los usuarios, que somos todos, para que la ley no sea letra muerta", enfatizó Del Castillo.
Por su parte, el experto en temas hídricos, Jeroen Vos, indicó que "el abastecimiento de agua para las ciudades y para la producción de alimentos están amenazados por la reducción de los caudales en tiempo de estiaje y por la contaminación". Aún estamos lejos de encontrar iniciativas para el tratamiento de las aguas contaminadas: en Bolivia y Perú solo el 20% de las aguas servidas cuentan con tratamiento y en Ecuador apenas el 10%.
Oxfam Internacional considera que una gestión eficiente del agua debe asegurar el manejo integral de las cuencas, contar con autoridades ambientales fuertes e independientes, un sistema de reglas y sanciones claras, además de garantizar la participación de los diversos sectores en las decisiones. Más importante aún es cambiar la cultura, para ahorrar más agua y reducir la contaminación.
"Las autoridades y técnicos de los tres países suelen hablar de la importancia de la gestión integrada de la cuenca, pero estamos lejos de una implementación de este enfoque. Prevalece aún una gestión sectorial y fragmentada, con poca claridad sobre los derechos y las responsabilidades", aseguró Josefa Rojas, coordinadora de temas de Agricultura y Recursos Naturales de Oxfam.
"Las decisiones a nivel de cuenca deben incorporar a todos los involucrados: al Estado, las empresas, los agricultores, los pobladores, entre otros; porque sin la participación directa de ellos se corre el riesgo de pasar por alto sus necesidades y que no se logre comprometerlos en la implementación de las decisiones", concluyó.
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